Durante primaveras, los hoteles, los grupos de pub y las OTA se han basado en chatbots básicos para proporcionar un servicio al cliente las 24 horas.
¿Qué cámara no estaría interesado en automatizar consultas repetitivas, aliviar la carga del personal y ofrecer respuestas más rápidas a los invitados? Pero lo que comenzó como una decisión digital prometedora se ha convertido en gran medida en una experiencia obsoleta y frustrante.
Es probable que los invitados ahora tengan más probabilidades de darse una conversación que completar una reserva cuando se enfrentan a un chatbot torpe que se siente más como una barrera que un puente.
La mayoría de estos bots se basan en respuestas con guiones y árboles de osadía limitados. No pueden manejar el lengua natural o las preguntas complejas y a menudo no proporcionan respuestas relevantes.
Cuando un invitado intenta realizar una consulta matizada o expresar una preocupación específica, el sistema generalmente recae en respuestas genéricas o las exploración a través del mismo conjunto de opciones. Es impersonal, ineficiente y fuera de sintonía con las expectativas del viajero de hoy.
El problema no es con la idea de la automatización. Es con el enfoque obsoleto. Los huéspedes esperan una conversación natural y útil que refleje la calidad del servicio que recibirían en persona. El futuro radica en poco más inteligente, más adaptativo y más consciente del contexto.
Los avances recientes en la inteligencia químico han hecho posible este cambio.
Los nuevos sistemas ahora pueden interpretar el lengua tal como se deje, comprender las preguntas de seguimiento y adaptar las respuestas a las deposición de cada huésped en tiempo efectivo.
Se basan directamente en los datos de reserva en vivo, lo que significa que pueden proporcionar disponibilidad precisa, precios y ofertas personalizadas internamente de la conversación en sí.
Los invitados pueden hacer preguntas abiertas, tomar recomendaciones personalizadas y completar sus reservas sin dejar el chat. Estos sistemas no solo responden preguntas, sino que guían las decisiones.
Pueden manejar una variedad de consultas desde lo práctico hasta lo personal, incluido el soporte de varios idiomas y las preferencias individuales. Todo esto sucede al instante, sin falta de transferir al invitado a despachar un correo electrónico u otra plataforma.
Para hoteles y pubs, este tipo de tecnología hace más que mejorar la experiencia del huésped. Ayuda a aumentar las reservas directas simplificando el proceso de toma de decisiones y reduciendo la caída.
Alivia la carga en los equipos de admisión al tratar automáticamente consultas comunes. Todavía reúne todas las interacciones de invitados, ya sea que comiencen en el sitio web, WhatsApp o Messenger, en una sola bandeja de entrada manejable. Esto proporciona una visión clara de las deposición de los invitados y permite un servicio más consistente en cada canal.
Los mejores sistemas están profundamente integrados con el motor de reservas de su hotel, manteniéndose constantemente actualizado con disponibilidad, ofertas y precios en tiempo efectivo. Aprovechan modelos de lengua ancho avanzados y procesamiento de lengua natural para ofrecer protección en tiempo efectivo, recomendaciones personalizadas y una comunicación valioso multicanal con sus invitados.
Parece que el chatbot tradicional ha apurado su confín. No puede mantenerse al día con las expectativas de un invitado innovador y conectado que valora la velocidad, la relevancia y la personalización.
La tecnología debería apoyar la hospitalidad y permitir que los hoteles brinden un servicio que sea valioso pero incluso juicioso.
El objetivo no es reemplazar el toque humano, sino extenderlo, para aceptar la calidez de la bienvenida al espacio digital y hacer que cada huésped se sienta entendido, valorado y proporcionadamente cuidado.
El seguro futuro de la IA en la hospitalidad no es un chatbot, sino una conversación.
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